
El impropio comienzo de este otoño estival que baña la capital del reino parecía propiciar la asistencia a la cita que desde las antípodas nos ofrecían, a tenor de lo posteriormente visto, una de las bandas más en forma del deathcore. Estamos hablando de Thy Art Is Murder. Habiendo agotado las entradas, una apretadísima Caracol comenzaba a efervescer y a convertirse en el averno en el que CJ McMahon y los suyos transforman los lugares allá por donde pasan, cual hunos, arrasando todo lo que se halla bajo sus pies. Sigue leyendo…
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