Madrid Central puede acabar con los cerca de 10.000 conciertos que se celebran al año en el centro de la capital, ya que los grupos que se desplazan con sus instrumentos y equipos en furgonetas no podrán acceder a las salas de música en directo, que en principio contarían con sólo 10 autorizaciones individuales de un día de duración al mes.
«Estamos hablando de 10.000 conciertos al año que peligran», señala, en declaraciones a Europa Press, el director gerente de la Asociación de Salas de Música en Directo de la Comunidad de Madrid «La Noche en Vivo», que representa a 20 salas del área de Madrid Central.
«Peligramos a multas, no se puede hacer esta actividad si no tenemos permiso», explica Javier Olmedo, que advierte también de que si no se entiende esta problemática y se actúa en consecuencia por parte del Ayuntamiento, Madrid Central «se va a cargar el tejido cultural del centro«.
El pasado día 13 se celebró una asamblea en el Ateneo de Madrid de afectados. Hasta allí acudieron los dueños de la sala Wurlitzer (calle Tres Cruces, 12). «Nuestro problema son los artistas: yo cómo le pido a un grupo de chavales que trabaja en Sevilla que lleguen a Madrid antes de las ocho de la tarde a tocar un viernes, cómo descargan los equipos y cómo se los vuelven a llevar. O un grupo de Serbia, de Noruega o de Yugoslavia con una furgoneta de alquiler…», expuso una de ellas angustiada. «Es que las salas estamos cerrando fechas en mayo y me preguntan: ¿cómo entro?, ¿cómo descargo diez amplis en la sala?».
«Nos pasa a nosotros, pero les pasa también a los teatros alternativos: una compañía que actúa, por ejemplo en Talavera, no puede llegar al día siguiente aquí a montar escenarios antes de las 12 de la mañana. Es físicamente imposible», denunció. «La industria cultural alternativa de Madrid da muchísima vida al distrito Centro y nos van a obligar a cerrar a todos«.
Tal y como explica Olmedo, muchos grupos van a las salas con dos coches y si estos establecimientos solo cuentan con 10 permisos tendrán cubiertos cinco días de conciertos únicamente, cuando él está programando 30 días al mes. Por otro lado, si las autorizaciones acaban a las 24 horas, para un mismo concierto que comience a las 22.00 horas habrá que utilizar el doble de permisos para poder montar y desmontar al día siguiente. En caso de que se les aplicara el sistema de carga y descarga, los horarios también serían insuficientes para abarcar los conciertos nocturnos.
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Y es que tal y como recuerda Javier Olmedo, con los cierres al tráfico de las pasadas Navidades los grupos que tocaron en la sala Sol tuvieron que descargar sus instrumentos y equipos en la plaza de Jacinto Benavente y llevarlos a cuestas hasta el establecimientos de la calle Jardines. «Día a día tener que hacer eso es imposible».
Los trabajadores también afectados
Pero no sólo Madrid Central afectará a las bandas sino también a los trabajadores de las salas de conciertos. Y es que muchos no se beneficiarán de los permisos de acceso para los trabajadores con horario nocturno previstos porque uno de los requisitos para solicitarlos es residir en un municipio distinto al de Madrid.
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