Compartimos un articulo del gran Luis Perdiguero publicado en la página web de Interempresas.net
Hace 25 años, junto a mi admirado Josep Solbes, descargaba, de la misma furgoneta que conducía, mi primer foco para ayudarle a crear el diseño de iluminación del espectáculo ‘Caníbales’ en Alicante, mi ciudad de adopción. Ha pasado el tiempo, y en unos días se fallan los XII Premios de Teatro Musical, y ser finalista a la categoría de Mejor Diseño de Iluminación por ‘El Médico, el musical’, en un año con tantos y tan buenos musicales y tan excelentes diseños de iluminación en nuestras carteleras (‘West Side Story’, ‘Anastasia’, ’33 el Musical’, ‘El Jovencito Frankenstein’, etc.), te hacen sentirte orgulloso de poder haber conseguido llegar a lo que desde niño siempre soñé, poder expresarme creativamente a través de La Luz.
Muchas veces me preguntan mis alumnos qué cual ha sido el camino para diseñar la iluminación de espectáculos para musicales (en lo que para mi es la expresión más dura, exigente y actualizada a la hora de realizar un diseño de iluminación escénica), o diseños para música en vivo, danza y teatro. La respuesta siempre es la misma: exigencia, aprendizaje, trabajo, constancia, creatividad y riesgo.
Exigencia
Con uno mismo, con las metas, con los proyectos, con el trabajo. Nunca pensé en ser director técnico del Centro Dramático Nacional, estrenar un diseño de iluminación en el New York City Center, en el Detroit Opera House o en el Théâtre de la Ville de Paris. Pero de repente allí estaba. Siempre he pensado que, si me lo hubiera propuesto, no lo hubiera conseguido. Creo que lo más importante para exigirse, es saber de tus carencias y limitaciones. Y solo hay un camino para abordarlas. El aprendizaje.