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El riesgo de cancelación del último Sónar a causa de un conflicto laboral tiene ya sus primeras consecuencias empresariales. Fira de Barcelona anunció ayer que replantea el concurso de licitación y deja sin efecto la prórroga del contrato que tenía hasta septiembre la empresa UTE Rigging, cuyos trabajadores se declararon en huelga en los días previos a la celebración del festival. Se trata del servicio de montaje en altura, como andamios y pantallas para grandes actos.
El desencadenante del conflicto fue precisamente la convocatoria por parte de Fira de un proceso de licitación para abrir el servicio a dos empresas, rompiendo así la exclusividad de UTE Rigging, cuya concesión venció en junio. La adjudicación del nuevo concurso estaba prevista para septiembre y por eso se decidió dar la prórroga a UTE Rigging hasta que estuviera resuelto. Los empleados de UTE Rigging convocaron la huelga para intentar que en el pliego de la licitación se incluyera la obligación de que la nueva empresa adjudicataria se subrogase las plantillas con sus actuales condiciones. Fira lo rechazó porque considera que eso es ilegal.