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¿Es viable un futuro en el que las obras de teatro puedan verse cómodamente desde el sofá de casa? Después de transformar el consumo cultural en casi todos los ámbitos, como la música, el cine, la televisión o los programas de radio, el streaming irrumpe ahora en el mundo de las artes escénicas. Puede parecer una invasión inoportuna, al dejar de lado la sacrosanta experiencia en vivo en la que se fundamenta cualquier obra. Pero las plataformas de vídeo a la carta que ofertan contenidos de teatro, danza y ópera se multiplican en todo el mundo, facilitando el acceso a escenarios que no siempre quedan cerca de casa o que no resultan asequibles para todos los bolsillos.
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La más pionera de todas es la francesa Medici.tv, que empezó a operar en 2008, convertida en líder de este floreciente mercado gracias a un catálogo lleno de grandes figuras de la ópera y la música clásica, como Daniel Barenboim, Martha Argerich, Jonas Kauffman o Gustavo Dudamel. Pese a todo, sus comienzos no fueron fáciles en un sector reacio a la digitalización. “Fue necesaria mucha paciencia, seriedad y una visión a largo plazo. Tuvimos que demostrar a nuestros socios que no nos movía el oportunismo, sino la convicción de la capacidad del arte para cambiar el mundo”, señala su presidente, Hervé Boissière. Hoy la plataforma cuenta con 350.000 usuarios mensuales de 186 países, que abonan 149 euros al año (o 14,90 euros al mes) para poder acceder a un catálogo de 2.500 espectáculos y unos 200 directos anuales, organizados junto a instituciones como el Carnegie Hall o el Festival de Salzburgo.
El fenómeno de las transmisiones de teatro y ópera en salas de cine ha contribuido a dejar atrás ciertos prejuicios, como también la apoteosis del VOD (Video On Demand) en los últimos años. “El éxito de Netflix, por ejemplo, ha ayudado. Hoy se consumen más contenidos audiovisuales que nunca y eso está facilitando un cambio de mentalidad también en las artes escénicas”, apunta David Ciurana, cofundador de PlayTheatres, plataforma barcelonesa que entró en funcionamiento en 2018 con un catálogo de 70 obras, a cargo de compañías catalanas como Tricicle, T de Teatre o Minoria Absoluta, artífice del programa televisivo Polònia.
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