Compartimos este interesante artículo desde la página web de Hispasonic.com.
Estos últimos días, como mínimo en Catalunya, la lluvia ha hecho acto de presencia. Tras meses de calor insofocable y ausencia total de agua, era normal que a muchos nos “sorprendiera” que volvieran las suspensiones por lluvia. Lo entiendo.
El agua es uno de los elementos más peligrosos en nuestro sector. Ese preciado líquido es capaz de destrozar el mejor de nuestros equipos con una simple gota. Peor aún, es capaz de matar. De hecho, los diseñadores de equipos para eventos exteriores ya cuentan con ello y los diseñan ya no estancos, pero sí lo más resistentes posible. El agua no sólo aparece cuando llueve: el rocío o los ambientes húmedos son igual de peligrosos. El agua es conductora de electricidad y, si se cuela dentro de una placa electrónica, no sólo puede dañar un circuito y hacer inútil una mesa, un amplificador o un foco, sino que puede desviar la corriente eléctrica en cantidad y momento suficiente como para dañar a una persona, incluso matarla.
Existen métodos para evitarlo. El más eficaz y obvio es evitar que llegue agua a ningún equipo. Cuando pedimos escenarios cubiertos o carpas resistentes a la lluvia no es un capricho, sino un sistema de seguridad. De hecho, una carpa en el control de sonido es un problema para conseguir la mejor sonorización, pero pesa más la seguridad de los trabajadores que ello. Ya buscaremos la manera de conseguir un sonido digno, pero protégenos de las inclemencias.
Lo segundo es un sistema eléctrico que se apague de manera automática cuando detecte la más mínima derivación entre una fase y la toma de tierra. Es ese momento en que salta el diferencial y lo hace, como ya he dicho, cuando la diferencia de potencial entre la toma de tierra y cualquiera de las fases es sensible. Un engorro, porque quizá es por apenas una derivación pequeña, pero antes esto que una desgracia. Rearmar el sistema nos tomará apenas cinco minutos, así que paciencia. Pero ¿cuantas veces hemos dudado que funcione y hemos provocado esta situación para verificar que funcione?
Todos los elementos conductivos a los que tenemos acceso deben tener su propia toma de tierra. Entre ellos el escenario, normalmente un compendio de madera y hierro (otro elemento conductor). Para su nivelación suelen utilizar tacos de madera que, secos, no permiten el paso de corriente, por lo que la legislación obliga el uso de una toma entre el escenario y tierra. El objetivo es que en caso de una derivación, es decir, una fuga de corriente, ésta se disipe lo más rápida y eficazmente hacia el infinito pozo que supone la Tierra (en mayúscula).
Quien mata no son los voltios, sino el amperaje. 0,3 mA son casi insuficientes como para parar nuestro corazón, pero el susto no te lo quita nadie. Por encima de eso entramos en una zona de riesgo. Si potencia es resultado de voltaje por amperaje y sabemos que tenemos un voltaje limitado (220 o 380 v), veréis que superamos con creces ese amperaje “de seguridad”. A nuestro alrededor hay suficientes amperios como para freirnos a todos y cada uno de nosotros. Un arma letal al alcance de la mano y que se activará a la mínima.