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En el caso de la iluminación con LEDs hay una necesidad de asegurar que ésta sea lo más cercana a la iluminación natural.
Para efectos de evaluación del color de los objetos, la práctica estándar es comparar los colores bajo la luz natural (solar) o usar un simulador de lámpara fluorescente (para igualar el espectro de luz solar natural). En el caso de la iluminación con LEDs hay una necesidad de asegurar que ésta sea lo más cercana a la iluminación natural.
La percepción de los colores es diferente debido a las propiedades de rendimiento de color de las lámparas. A este desempeño se le denomina índice de rendimiento de color o CRI (por sus siglas en inglés), que es un valor empleado para medir la habilidad de una fuente de luz en rendir colores conocidos de objetos o materiales. Así por ejemplo, la iluminación que produce un color similar al de la luz natural se dice que tiene un buen (alto) rendimiento de color y puede ser clasificada “blanco natural”, “blanco cálido” o “blanco frío”, y cada uno reproduce el color de un objeto en forma diferente.
El CRI indica cómo 15 colores testeados se ven bajo iluminancia estándar.
Cuando se compara la iluminación con la fuente de luz estándar de referencia, un índice CRI de 100 es el mejor; en estos casos el Ra es el promedio de los índices de rendimiento de color para las pruebas de color R1 a R8, que son los colores típicos de un entorno general.
En cambio R9-R15 son índices de rendimiento de color “especiales”. Estos son de relativamente alta croma en rojo, amarillo, verde y azul. R9 evalúa la reproducción de rojo y es importante para uso médico.